Hace unos días se cumplieron 58 años del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, esta es una fecha simbólica que nos da un punto de partida para explicar la profunda crisis en la que esta sumido este país. Un país que no se cansa de asesinar a sus caudillos, que ha perdido la noción del tiempo y de la historia gracias a la violencia, un país que trata de ponerse en pie a pesar de todo.
MARZO DE 1946
Gaitán resulto vencedor en las elecciones parlamentarias por lo cual había luchado sin descanso desde 1934, ahora le pertenece la jefatura única del partido liberal aunque nada tenia que ver con ellos, está más lejos de los liberales que el mismo Mariano Ospina, aunque como el mismo dijo: "es más fácil vender un producto nuevo con una etiqueta vieja". "Si no lo matan, Gaitán será presidente de Colombia, esta visto que comprarlo no se puede"
A pesar de que es el colombiano más famoso, es el más sencillo de todos, es su trato con la gente lo que lo hace tan querido, tan popular, no cabe duda, Gaitán será el nuevo presidente. Colombia Por fin tendrá el cambio que tanto tiempo se ha esperado. Su oratoria es de una efectividad asombrosa. Usa pocas palabras y frases muy sencillas. Su razonamiento es fácil de seguir, y de una lógica impecable. Crea el suspenso y la excitación con las pausas, y en pocos minutos controla por completo los sentimientos del público.
Como todo héroe también tiene enemigos, los más implacables son los jefes conservadores Laureano Gómez (izquierda) y Mariano Ospina Pérez (derecha). Aunque rivalizan ásperamente entre sí, se unen solidariamente ante el peligro gaitanista, y son los campesinos liberales los más afectados, desde este año, instigados por Laureano Gómez y protegidos por el presidente Mariano Ospina Pérez, militantes conservadores han comenzado a aplicar la violencia sistemática contra los campesinos liberales. Las masacres se suceden sin cesar, cada día con mayor saña y crueldad.
"En la Clínica Central de la ciudad de Bogotá Jorge Eliécer Gaitán, acaba de Morir ", cuando su medico se dispone a hacerle una transfusión sanguínea.
La noticia de la muerte del jefe del liberalismo se ha difundido por todo el país. En Bogotá la turba que se había congregado frente a la clínica Central, ahora baja la carrera séptima y engrosa la marcha macabra que se dirige a Palacio.
Al llegar a la carrera séptima con calle octava el cadáver del asesino es desnudado y amarran los pantalones a un palo para ser agitados como bandera revolucionaria. Mientras gritan: ¡VIVA Colombia, ABAJO LOS GODOS!
"Desde el palacio presidencial, se ve venir el río de gente. Las ametralladoras han
rechazado ya dos ataques, pero el gentío alcanzó a arrojar contra las puertas del palacio al destripado pelele que había matado a Gaitán"
03:00 pm De la escuela de Motorización salen tres tanques de guerra y seis carros blindados al mando del capitán Mario Serpa rumbo a la Plaza de Bolívar. Para evitar el uso de las ametralladoras el capitán abre la escotilla a fin de persuadir la manifestación y lograr que se retiraran. Tres tiros lo hirieron mortalmente. De inmediato los tanques dispararan contra la multitud.
Aunque el sector de Palacio Presidencial fue controlado por el Ejército, la autoridad ha desaparecido.
Las unidades de policía (mayoritariamente gaitanistas) se plegaron al alzamiento desde el primer instante, distribuyen fusiles entre los espontáneos francotiradores y, en la Quinta Estación tratan de organizar con algunos lideres gaitanistas una junta revolucionaria para darle alguna dirección al movimiento insurgente y tumbar el gobierno de Ospina Perez.
Aquí, un teniente de policía dirige a los civiles que asedian el ministerio de Justicia. El ataque contra el Palacio de la Carrera séptima (sede presidencial) también fue dirigido por policías. 
Los tranvías fueron incendiados. Como antorchas trágicas, envueltos en llamas, corrían en todas direcciones llevando a los barrios la noticia del fuego que consumía el centro de la ciudad. Las agencias de noticias transmitieron a todo el mundo las imágenes fantasmagóricas de tranvías ardiendo sobre un trasfondo de iglesias sombrías, bajo un cielo plomizo. Para los bogotanos, el 9 de abril de 1948 no fue solamente la fecha de un cataclismo político. Fue el día en que los amados tranvías, testigos y compañeros de días de trabajo y noches de bohemia, convertidos ahora en mensajeros de cólera, comenzaron a desaparecer para siempre del paisaje ciudadano. Se fueron con el humo del odio...
El rugido crece desde las calles. Tres tanques encabezan la embestida contra el palacio presidencial. Los tanques llevan gente encima, gente agitando banderas y gritando el nombre de Gaitán, y detrás arremete la multitud erizada de machetes, hachas y garrotes.No bien llegan a palacio, los tanques se detienen. Giran lentamente las torretas, apuntan hacia atrás y empiezan a matar pueblo a montones.
Alguien deambula en busca de un zapato. "Una mujer aúlla con un niño muerto en brazos.La ciudad humea. Se camina con cuidado, por no pisar cadáveres. Un maniquí descuajaringado cuelga de los cables del tranvía."
La reacción destructiva del pueblo, que parece simple furia ciega esconde una lógica elemental e implacable: "¡Señores oligarcas, ya que no quisieron compartir el país con nosotros, vamos a arrasarlo hasta sus cimientos! ¡Ya que no quisieron darnos un lugar en el país, no habrá país para nadie!" Y la destrucción es un hecho. Calles enteras reducidas a escombros. 52 manzanas del centro han sufrido destrozos. 103 edificios arrasados, entre ellos el Palacio de Justicia, el Palacio Arzobispal, el Ministerio de Gobierno y la Gobernación de Cundinamarca. A pesar de su cólera, el pueblo respetó dos símbolos de la historia nacional. En medio de los escombros de la Carrera Séptima aun queda en pie la histórica Casa del Florero, cuna de la independencia, y la Catedral Primada del país.
A medida que van pasando los días la situación se normaliza: el 13 de abril se reanudan las sesiones en la Conferencia Panamericana
Suenan los últimos tiros, la ciudad arrasada por el fuego "recupera el orden". Todavía el día 15 de abril, cuando el gobierno comenzó a controlar la situación, ardían algunos edificios en la sacudida capital colombiana...
"al cabo de tres días de venganza y locura, el pueblo desarmado vuelve al humilladero de siempre, a trabajar y a tristear"
...y el 16 de abril, el aspecto de la Plaza de Bolívar evocaba escenas de la Segunda Guerra mundial. 
"Ninguna mano del pueblo se levantará contra mí y la oligarquía no me mata, porque sabe que si lo hace el país se vuelca y las aguas demorarán cincuenta años en regresar a su nivel normal". Jorge Eliécer Gaitan
Desde ese preciso momento la historia colombiana perdió la noción del tiempo, sistemáticamente se suceden día a día pequeños Bogotazos, que abren aun más la herida de ese 9 de abril. Gaitán ha muerto muchas veces... Muere cada vez que una familia campesina debe dejar sus tierras a causa de la violencia, muere cada vez que se cierran las puertas a una esperanza de cambio social. Murió en el palacio de Justicia, murió con Galán en el 89 y así ha muerto mil veces con cada uno de los colombianos que sufre por la corrupción y la indiferencia del Estado.



















3 comentarios:
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