Noel Nicola, uno de los mas grandes exponentes de la Nueva Trova, junto con Sivio Rodriguez y Pablo Milanes. En nuestros tiempos, conocemos a los gandes hombres cuando han muerto, no estamos quedando sin historia, no tenemos ya que contar, solo podemos hablar del maravilloso pasado, que nos cae encima como una piedra y nos aplasta...
Noel Nicola Hay una catedral erigida por un trabajador de la cultura mundial. Le cantó a lo más íntimo, anunció sus duelos y vergüenzas, admitió ser humano y sus pequeños huesos nunca cedieron ante el peso de los bloques de piedra que se echó al hombro para armar su templo.
Hay una catedral naif, con retablos, decorados y relieves intensos, inteligentes y bien elaborados, algunos ennegrecidos por el hollín de las velas que hemos encendido los menos aptos. Este templo laberíntico está vivo, una multitud de gente ora, canta, llora y se enamora. Sin sacerdotes regañones ni esquemas lineales, la buena voluntad de la gente se humedece con las canciones del arquitecto que llenan el espacio.
El exterior del templo luce una escalinata sobria y elegante y frente a él, un corral guarda caballos que galopan libres dentro de su encierro y entre ellos, corceles más pequeños y graciosos tienen alas muy pequeñas, ellos son los más vitales, los más felices.
Hoy por la mañana otros recuerdos inundan nuestra mente al recibir una noticia, se fue Noel Nicola, seguramente montado en uno de sus Pegasos, el calor de los creyentes impulsaron su vuelo con el aire caliente de sus voces, coreando las canciones, iluminados, ilusionados, apasionados.
Se fue Noel, uno de los tres, los únicos tres que iniciaron un movimiento que como pocos en la historia, cambió algo importante en el rodar del planeta tierra. La Nueva Trova Cubana VIVE, igual que nuestro querido hermanito.
Descanse feliz, descanse en paz.
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